lunes, 18 de noviembre de 2013

Cartas desde Chernoville #1#

Me había despreocupado como cuando un perro ve un hueso.
La noche siempre gira más de lo necesario
Vas  recordando aquello sentado en el bar
Mientras la madera de la barra se acartona.

La gente entra
La gente sale.
Alguien te hace un gesto con la mano
Y te acercas.

Los lavabos son templos del ácido,
Los cristales dan muestra de ello,
Y más abajo por el sendero
Una profesión de dientes que castañetean
Recorriendo la longitud infinita del mercurio.

De pronto te conviertes
Y parece que naces
Dispuesto a Todo.

Un hombre que se convierte
En toro y mitad humano.

Le crece la boca
El corazón y
Las pezuñas
Mientras por el esfínter derrama un arco iris infinito.

La gente se acerca y lo huele,
Después lo acarician y le dan comida.

Más tarde bosteza
y  con una coz los espanta,
Salen corriendo girando por la calle mayor.

El hombre despierta convertido como era.
Yace en el suelo hecho fiambre. 

El cielo visto desde abajo
Se contempla infinito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario